Conocidas
como alianzas, hoy en día llamadas argollas
de matrimonio, son las joyas que acompañan una de las
más importantes ceremonias de la vida. Simbolismo, Suntuosidad
y Significado son parámetros que involucran a la pareja;
la unión, el lazo y la entrega. Diseñadas especialmente
para la novia, según el estilo, gustos y presupuestos.
Significan el amor y el compromiso.
La hermosa costumbre de obsequiar a la novia una sortija para sellar el compromiso nupcial se remonta a la época
del imperio romano.
Allí se obsequiaba una joya de oro puro a la prometida
y se creía que el anillo debía ser usado en el dedo
medio de la mano izquierda, porque es de ahí, de donde
parte una vena hacia el corazón.
En ese tiempo los galanes debían destinar sus ahorros a
la adquisición de una hermosa gema y una montura original,
la cual de convertía en un anillo simbólico para
la novia a cambio de una inquebrantable promesa de matrimonio.
La entrega del anillo de compromiso debe ser una ocasión especial. Para ésta, el novio
deberá planear una fecha indicada y un lugar apropiado
con un ambiente romántico, ya sea una cena a la luz de
las velas, o una visita en la casa de la novia,
para que esta ocasión retome las características
de una tradicional "pedida de mano" donde no sólo
se hará la entrega de la sortija, sino también se
fijará la fecha de la boda.
Lo indicado es que la escogencia y la adquisición del anillo
corra por iniciativa del novio, quien tendrá muy en cuenta
los gustos de la novia. Conservando lógicamente el carácter
de regalo y sorpresa que la joya debe tener.
Cuando la pareja visita varias joyería para escoger el
modelo del anillo y la novia participa en la compra y selección,
se pierde todo el encanto, todo el misterio de la tradición
del verdadero compromiso. |